Mensajes Biblicos: Palabra del día 27 de junio del 2016.

lunes, 27 de junio de 2016

Palabra del día 27 de junio del 2016.




El que aspira a ser seguidor de Cristo ha de reconocer y aceptar la posibilidad del sufrimiento, las adversidades y la persecución. La frase “las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza” sigue el estilo oriental de plantear dos ideas positivas para enfatizar luego una negativa.



Pero antes, San Mateo nos da un detalle que no quiso pasar por alto: “Jesús, al verse rodeado por la multitud…” Grandes muchedumbres se reunían en torno del Señor para escuchar su palabra, ser curados de sus dolencias materiales y espirituales; buscar la salvación y un aliento de vida eterna en medio de las injusticias y la maldad de este mundo.

El día de hoy sucede algo parecido en nuestro mundo moderno: todos tenemos necesidad de Dios, de saciar el corazón de los bienes verdaderos que nos lleven a la vida, como son el conocimiento y el amor a Jesucristo y una vida de amistad con él. Si no lo hacemos, caemos en la trampa de querer adoptar otros “dioses” o ídolos materiales o inmateriales, incapaces de dar sentido a la vida: bienes costosos, aparatos electrónicos, redes sociales, búsqueda de pasatiempos o diversiones, trabajo desenfrenado para ganar más dinero, el supuesto desafío de tener más y mejores cosas que el vecino. Y tristemente quienes caen en esto son muchos.

En medio de todo este constante ruido de voces, ideas y tendencias que nos tientan y nos arrastran con la corriente del mundo, resuena el grito lleno de fuerza y confianza del Papa Juan Pablo II cuando hablaba a la juventud: “Se puede ser moderno y profundamente fiel a Jesucristo.” Esto es absolutamente cierto, pero es preciso desprenderse de todo aquello que nos ata a una vida demasiado materializada y que cierra las puertas al Espíritu. Esto es lo que quería decir y enseñar el Señor.

A su vez, San Gregorio Magno nos recuerda: “Tengamos las cosas temporales para el uso, las eternas en el deseo; sirvámonos de las cosas terrenales para el camino, y deseemos las eternas para el fin de la jornada.”

“Amado Jesús, enséñame a centrar mis aspiraciones en ti y tu enseñanza. No permitas que me deje arrastrar por la corriente y, más bien, dame fuerzas para mantenerme fiel, firme y contento siguiendo tus pasos.”