Escucho el cuchicheo de la gente, y todo me da miedo; se conjuran contra mí y traman quitarme la vida. Pero yo confío en ti, Señor, te digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis azares: líbrame de los enemigos que me persiguen. (parte del Salmo 30)
MI REFLEXIÓN PERSONAL:
Que pena me da ver las noticia en nuestro país solo de muerte, atracos, robos y violación.
Te enteras también que el vigilante de la casa que queda frente a frente a la Parroquia fue atracado y matado por asaltantes para despojarlo de su celular, a don Ramón. Un Señor que siempre fue amable con aquellos que nos parquiabamos cerca de él. Dios le de el descanso eterno, y perdone y toque esos corazones malvados que andan acabando con vidas inocentes.
Ese tipo de noticias nos causa temor, nos aterra mucho pensar en que no estamos seguros en ningún sitio, que solo podemos contar con la misericordia de nuestro Señor, el amparo de su mano poderosa que nos arropa, nos sostiene. Hoy digamos como dice este pedacito del Salmo 30: Tu eres mi Dios, en tus manos están mis azares, librame de los enemigos que me persiguen.
Hoy, pongamos todas nuestras vidas, hogares, familias, trabajos, TODO en las manos poderosas, misericordiosas del Señor. Que sea él nuestro guardián, guardespaldas, acompañante, copiloto, nuestro defensor, sostén y refugio. Señor, ampáranos!!!, no deje de escuchar nuestras súplicas, nos arropa el temor, nos aterra el malvado, pero tu que eres bueno, confiamos en ti, en que tu alejarás de todo nuestro alrededor todo tipo de acechanzas, y de esa manera podremos caminar en paz, tranquilos, amén.